Veintiocho años después del brote original, Danny Boyle y Alex Garland rehacen su alianza (junto al director de fotografía Anthony Dod Mantle) para ofrecer una secuela que no solo reaviva el terror infectado, sino que lo hace con astucia política y técnica innovadora
Lo que destaca
Regreso técnico impactante: rodada íntegramente con iPhone 15 Pro Max con adaptadores profesionales—aunque suene a experimento, los resultados son impresionantes y buscan recuperar la estética digital cruda de la primera entrega.
Metáfora política evidente: Boyle utiliza el aislamiento británico como reflejo de una nación post-Brexit, convertida ahora en una isla obsesionada con las fronteras y la autodefinición.
Nuevo reparto, mismas emociones: Jodie Comer, Aaron Taylor‑Johnson y Ralph Fiennes lideran el grupo, realzados por Jack O’Connell y la presencia ambigua de Cillian Murphy como figura del pasado