Título original Drop
La película arranca con una vibra de thriller psicológico elegante: luces tenues, vino tinto, miradas intensas. Pero pronto se transforma en un episodio muy largo de Black Mirror meets El Hormiguero. A nuestra pobre protagonista Violet (interpretada por una muy intensa Meghann Fahy), le comienzan a llegar mensajitos raros en el móvil. No de su ex, sino de un maníaco con demasiado tiempo libre y WiFi ilimitado.
Desde ahí, todo se convierte en una especie de escape room sin escapatoria. “Mueve el cuchillo. No digas nada. No hagas nada raro o tu hijo BOOM”. ¿Y Violet qué hace? Obedecer, claro. Yo también lo haría si alguien amenaza con dañar a mi hijo y encima estoy en plena digestión.
¿Quién era el “dropper” y por qué? Richard, un hombre mayor con el que Violet charla al principio, es el cerebro detrás de todo. Trabaja para el alcalde de Chicago y su misión es silenciar a Henry, quien actúa como testigo clave en un caso de corrupción. Descubren fotos comprometedoras en su cámara, incluyendo documentos financieros confidenciales. El plan de Richard es incriminar a Violet: silenciar a Henry y hacerla parecer una viuda homicida con historial violento .